Resumen:
La economía feminista ha demostrado la importancia de las tareas de cuidados en la reproducción de la vida y del sistema capitalista. Se trata de trabajos invisibilizados, que se realizan de manera gratuita o precaria y que, históricamente, han estado en manos de las mujeres. Cuidar implica cocinar, lavar o atender a una bebé o a una anciana, pero no solo eso: cuidar también puede ser cultivar, recolectar leña, limpiar un río, arreglar una casa; «los cuidados no se reducen a las tareas típicas de las amas de casa blancas, urbanas y de clase media. Son todo lo que necesitamos para que la vida funcione y no nos lo da el mercado ni el Estado. Son los trabajos imprescindibles para la continuidad de la red de la vida que se hacen más acá del mercado, más cerca de la vida», como dice Amaia Pérez Orozco.
La pandemia por COVID-19 nos mostró la esencialidad que tienen las tareas de cuidados en el sostenimiento de la vida cotidiana. La suspensión de actividades productivas con el objetivo de cuidar la salud agudizó el deterioro de las condiciones de vida de la población y redujo de manera importante los ingresos de la mayoría de los hogares. También profundizó las desigualdades de género asociadas con los trabajos de cuidados.
En este libro, las reflexiones de Flora Partenio y Adriana Guzmán Arroyo brindan herramientas para debatir desde una mirada latinoamericana e invitan a reflexionar sobre el rol que, durante la pandemia, tuvieron las plataformas digitales para mantener el ingreso; los impactos en la precarización laboral de las trabajadoras domésticas; la imposición del home office en las condiciones laborales; la explotación laboral que, para las mujeres, significa hacerse cargo de los cuidados, entre otros temas.