Resumen:
El presente ensayo aborda la cuestión de la prisión domiciliaria otorgada a mujeres que
ejercen tareas de cuidado; a lo largo del mismo se sostiene que su implementación, aunque
otorgada por razones humanitarias, limita el acceso a derechos básicos y se aleja del “ideal
resocializador” que supuestamente tiene la pena. Genera además tensiones en las intervenciones
profesionales, que se mueven entre la garantía de acceso a derechos, el control del cumplimiento
de la ley y el abandono estatal, dejando traslucir algunos rasgos sexo-genéricos del castigo.
El trabajo se construyó a partir de inquietudes surgidas como trabajadora social de la
Defensoría Pública Federal de Mendoza. Para su desarrollo se consideran postulados del trabajo
social sociojurídico y de los estudios de género; se nutre también de la propia experiencia y de
aportes brindados por Lola, quien, a los fines de este trabajo, compartió sus reflexiones y
sentires luego más de cuatro años detenida entre el penal y su casa.
En los primeros capítulos se presentan elementos del marco jurídico e institucional y se
retoman aportes del trabajo social forense. El tercer capítulo ahonda en la selectividad del
sistema penal respecto de la clase y el género. El cuarto capítulo profundiza sobre la noción de
cuidado, mientras que en el quinto se entrecruza lo anterior para reflexionar sobre la prisión
domiciliaria de mujeres pobres que cuidan. El trabajo finaliza esbozando los desafíos de pensar
la prisión domiciliaria en clave de derechos y con perspectiva de género, esperando que se abran
nuevos interrogantes para futuras investigaciones.
Como aportes, se espera colaborar en la revisión crítica de las prácticas sociojurídicas,
presentando algunas propuestas para que el tránsito por ella no implique un castigo adicional al
que ya significa la privación de libertad.