Resumen:
El juego y el jugar toleran formas y modos tan diversos que no
siempre que en la escuela se dice “¡vamos a jugar!” existe la certeza
de que se está hablando de una misma cosa. Por otro lado, la
variedad de “aplicaciones” suele hacernos olvidar de lo primordial: en
tanto construcciones culturales, las distintas formas de juegos y el
modo de jugarlos son menos un recurso que un contenido
relacionado con el ejercicio de un derecho. Quien acuerde con esa afirmación, coincidirá con nosotros en
que la misma genera compromisos.El deseo de honrar esos compromisos alimentó la idea publicar
una obra que reuniera secuencias de actividades lúdicas recreadas y
experimentadas por docentes en centros educativos dispares.