Resumen:
Watkins ensaya ese camino por la historia, por esa
palabra que nos contenga, desde la leyenda
babilónica a la griega, de las tierras castellanas a las
centroamericanas y de allí a las costas inglesas o a la
evocación del amigo. Su voz es letra de andariego,
de quien descubre entre fábulas y páginas
enamoradas las literaturas del mundo y los mitos.
Por ese camino se llega, hacia el final del libro, a las
soledades patagónicas hechas de “agua aire vida”,
donde al loco Darwin se le perdió la brújula.