Resumen:
Las relaciones humanas y las necesidades afectivas, son la base de nuestro desarrollo cognitivo, social y profesional. En la biblioteca de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional del Comahue, brindamos un servicio de calidad, interactuamos con nuestros usuarios, entablamos diálogos, cruzamos   miradas   y   conocemos   algunas   particularidades   que   exceden   lo meramente académico.  Para ello, además de ser profesional bibliotecario y contar con las capacidades, habilidades y herramientas adecuadas para dar respuesta a sus necesidades informacionales; es necesario la calidez humana, la cercanía y empatía. Todo eso no debería ser una situación vacía que no produzca nada en la otra persona. Son nuestros usuarios la razón de ser de las bibliotecas, sin ellos llenando las salas, solicitando material de consulta o alguna referencia virtual, poco sentido tendría nuestro rol en la sociedad de la información, priorizar la atención, la formación y el asesoramiento hacia el usuario observando sus necesidades puntuales. Nuestros usuarios nos desafían constantemente, desde ocuparnos de la atención   en   sala   y   otros   espacios/sectores,   pasando   por   la   presencia   y acompañamiento desde las redes sociales, salirnos un poco del área de confort y trabajar en conjunto con otras áreas institucionales redunda en beneficios para ellos y por consecuencia para la biblioteca. Somos el nexo  entre la información y el  usuario lo que nos permite generar   un   espacio   de   encuentro   y   de   acciones   en   común,   ponemos   a disposición   los   recursos   que   tenemos,   trabajamos   en   redes   con   otras bibliotecas, brindamos servicio a las Unidades Docente Hospitalarias –UDH; alentamos   y   asesoramos   a   docentes   y   estudiantes   para   que   nutran   el Repositorio Digital Institucional -RDI,  ya no somos quien  observa   desde   la puerta cerrada de la biblioteca, hoy somos quienes generamos actividades, proponemos   proyectos  y   hasta   buscamos   las   herramientas   y   medios   para concretarlos, logrando así sumar espacios de uso común (sala de estudio) o recreación/ocio (patio interno).  
La Inteligencia Artificial, con todos sus desafíos y particularidades llegó para quedarse y es la herramienta que nos va a acompañar en nuestra labor, sin dejar de lado nuestras emociones y la parte humana del bibliotecario que se enriquece   y   evoluciona,   combinándose   con   la   inteligencia   artesanal   y emocional.